El aceite de coco es rico en ácidos grasos de cadena media, especialmente el ácido láurico, que le confiere sus propiedades antimicrobianas. A diferencia de otras grasas, estos ácidos grasos son más fácilmente absorbidos por el cuerpo, lo que los convierte en una fuente rápida de energía. Gracias a esta rápida absorción, el aceite de coco puede contribuir a acelerar el metabolismo, promoviendo una mayor quema de calorías y ayudando en la pérdida de peso.